Con Konstantínos Kaváfis.
Sin consideración, sin lástima, sin pena
me encerraron en altas y sólidas murallas.
Ahora estoy sentado aquí sin esperanza.
No pienso en nada más. No hay esperanza.
No pienso en nada más; a mi alma la devoró la suerte.
Eran tantas las cosas que pude hacer afuera.
¿Por qué no me di cuenta cuando levantaron las murallas?
Nunca escuché a los albañiles, nunca un ruido...
Imperceptiblemente me encerraron fuera del mundo.
(Traducción de Cayetano Cantú).
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