La melancolía
del otoño está ya en las hojas que van a caer. Y en los árboles que las pierden
para siempre. Y en mí. Qué melancolía en Sintra, José. En el cielo gris, en el
suelo mojado, en las ramas de los árboles, que gotean. Tú y yo en la decadencia
de la tarde, tan dulce, tan plácida la lluvia de la tarde. Apenas nos moja.
Dame la mano. Todo ha pasado ya.
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