Conversaciones presuntas
Últimos estertores del verano.
Sevilla. Mentidero general.
—¡Abucheada a las puertas del juzgado!
—Presuntas comilonas. Gambas y chupitos, ambos presuntos.
—Sindicalistas de toda la vida. ¡Sin tacha!
—Dizque la juez Alaya es amiga de Zoido.
—¿Y qué si lo es?
—Hombre… Y del PP también.
—Así se entiende este azuzar los perros de la justicia.
—¿La justicia no es ciega?
—Que los sindicatos han escamoteado dineros. Facturas
falsas. Hay paño donde cortar.
—Sería por una buena causa. Mal haya la juez Alaya.
—Pero ¿hay indicios?
—Haberlos haylos.
— ¿Y ellos? ¡Tienen cara de llamarse Bárcenas! ¡Todos!
— ¿Un fondo notarial de 115.000 euros? ¿UGT? ¿Con qué
objeto?
— ¡Siempre camisas y chaquetas. Nunca corbatas!
—Son inocentes. Mirad cómo desempolvaban viejas consignas a
la salida de los juzgados: “Viva la lucha de la clase obrera”.
—¡Proclama intempestiva, afirmo!
—¿Presunta malversación de caudales públicos?¿Facturas
falsas presuntas? ¿Prebendas?
—¡Todo presunto!
—Achaques de la derecha. No hay contabilidad B. Limpios como
una patena.
Tumulto de mirones. Gritos y abucheos. Abrazos y besos. Turba
de acólitos: “Viva la lucha de la clase obrera”.
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