martes, 13 de octubre de 2015

GENTE DE MALA FE

   No me gusta dedicar energía a temas como este. Sin embargo, hoy hago una excepción. Hoy dedico este post a hablar de la gente de mala fe,  los que se te acercan con la pregunta preparada para ir luego  a otros con tu respuesta, esos que llevan la cuenta de todos tus errores, los que se alegran cuando te equivocas, los que lamenta tus triunfos: esa gente que buscar continuamente la miseria en los otros para encontrarse a sí misma.

   Señor, cuando me muera, te ruego que no me pongas junto a la gente de mala fe, aléjame de los chismosos y  maledicentes, de los que buscan la paja en el ojo ajeno y no sienten el peso de su viga que casi los aplastan. Los que están ciegos para sí mismos y hurgan en la basura como forma de sentirse mejor. Ni muerta quiero estar con ellos.  Tampoco viva.
   
   Yo quiero vivir y trabajar y  relacionarme y hablar siempre con gente de buena fe. Los otros me sobran.

¡Gentes de mala fe que estáis cerca de mí, si me leéis y os reconocéis en este texto, por favor, no me habléis siquiera! 

Un día soñé que frente a mí había un camino que  llevaba a todo lo que quiero. 
(Foto prestada por A. S. Muchas gracias).

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